CARTAS A UN EXTRAÑO -carta #4-

Carta #4
Después de un tiempo las preguntas que se formaban en mi cabeza dejaron de importar sabía que conforme pasara el tiempo y fuera conociéndote las respuestas llegarían y todo tendría sentido.
Ciertamente te puedo decir que el hablar contigo se convirtió en mi parte favorita del día; es impresionante como es que te acostumbras a una persona tan rápido, el hablar contigo no me cansaba, podíamos hablar casi de cualquier tema, me gustaba hablar contigo, me gustaba la sensación que eso me provocaba, me gustaba saber lo que pensabas y la opinión que tenías de las cosas.
Y con el transcurso del tiempo el sentimiento que tenía hacia a ti creció, ya no eras un extraño, ni un misterio en cierta forma. Quería decírtelo pero me había quedado claro que eras una persona que no dejaba entrar a su vida emocional tan fácilmente a las personas.
Cuando por fin me atreví a decírtelo creíste que no era así, que podía llegar a estar confundida, lo cual me sorprendió, no podía creer que pensaras que fuera capaz de mentir con algo así.
En fin, las cosas entre nosotros después de esa platica siguieron como antes.
Quisiera saber qué es lo que piensas tú, yo solo me la pasó escribiendo pero de ti no he sabido nada...
Con el tiempo nos fuimos alejando y cada vez las pláticas nocturnas comenzaron a hacerse más cortas, y al final de un hola y un adiós no quedó nada, pasamos a estar en el punto en el que hoy nos encontramos... a miles de kilómetros uno del otro.
y: Belén González Valencia